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Robert Zemeckis dirigirá una película basada en el documental 'Marwencol'

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Robert Zemeckis parece haber decidido cuál será su siguiente película. Tras barajar numerosos proyectos —incluyendo uno con Tom Hanks, la secuela de ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’ (‘Who Framed Roger Rabbit?’, 1988) y ‘Chaos Walking’, un guion de Charlie Kaufman—, el director ha firmado con Universal Pictures para hacerse cargo de la adaptación a ficción de un documental titulado ‘Marwencol’ (2010), cuyo tráiler tenéis arriba. Recomiendo que le echéis un vistazo, es muy curioso.

La historia se centra en Mark Hogancamp, un hombre que sufre daños cerebrales tras recibir una paliza a la salida de un bar. Para sobrellevar la pérdida de memoria causada por las lesiones, Mark se dedica a construir una ciudad en miniatura donde mete a amigos, familiares y a sí mismo, participando en situaciones dramáticas y aventureras con las que se permite fanteasear sobre el pasado que habría querido vivir… Al parecer, la película mostrará el punto de vista de Mark y el de sus muñecos, dando la oportunidad a Zemeckis de regresar al cine de animación tras el parentesis que supuso la estupenda ‘El vuelo’ (‘Flight’, 2012).

Del guion se ocupará Caroline Thompson —‘Eduardo Manostijeras’ (‘Edward Scissorhands’, Tim Burton, 1990), ‘Pesadilla antes de Navidad’ (‘The Nightmare Before Christmas’, Henry Selick, 1993)— mientras que el realizador del documental, Jeff Malmberg, colaborará como productor ejecutivo. De momento no se ha incorporado a ningún actor pero se sabe que el estudio quiere a una estrella para el papel protagonista y Zemeckis ya ha comunicado el nombre de su primera opción: Leonardo DiCaprio.

Vía | /Film
En Blogdecine | Especial Robert Zemeckis


Robert Zemeckis dirigirá la adaptación de 'El prodigioso viaje de Edward Tulane'

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Edward Tulane

Hace poco más de una semana nos enterábamos de que Robert Zemeckis había aceptado encargarse de una película creada a partir del documental ‘Marwencol‘ (Jeff Malmberg, 2010), pero es probable que no sea su siguiente trabajo detrás de las cámaras. ¿El motivo? En New Line llevan ya siete años intentando sacar adelante la adaptación cinematográfica de ‘El prodigioso viaje de Edward Tulane‘, la novela de Kate DiCamillo, y acaban de anunciar la contratación de Zemeckis.

The Miraculous Journey of Edward Tulane‘ —aún está por confirmar si mantendrán o no el título español del original literario— gira alrededor de un conejo de porcelana orgulloso de sí mismo y al que su dueña, una niña llamada Abilene, mima todo lo posible. Su vida dará un giro de 180 grados cuando accidentalmente caiga por la borda durante un viaje en barco. Del trabajo de adaptación se ha encargado Jeff Stockwell, guionista de cintas como ‘Un puente hacia Terabithia‘ (‘Bridge to Terabithia’, Gabor Csupo, 2007) y ‘La peligrosa vida de los altar boys‘ (‘The Dangerous Lives of Altar Boys’, Peter Care, 2002).

¿Con cuál de los dos proyectos de Zemeckis os gustaría que se pusiera antes? Mientras lo averiguamos, os recomendaría echar un vistazo al estupendo especial sobre el director de ‘Regreso al futuro‘ (‘Back to the Future’, 1985) que está haciendo mi compañero Sergio.

Vía | Variety

Robert Zemeckis: 'Contact', mirar a las estrellas

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Contact cartel

El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer: sentimos como un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde gran altura. Sabemos que nos aproximamos al más grande de los misterios.

Carl Sagan

Un espectacular travelling en retroceso que nos lleva desde la ruidosa estratosfera de nuestro planeta al silencioso confín de la galaxia —y en el que, por un fugaz momento, podemos contemplar a la Tierra como ese punto azul pálido del que hablaba Carl Sagan— sirve a Robert Zemeckis como elocuente introducción y preciso corolario previo de lo que va a exponer en el que, personalmente, considero su mejor filme junto a ‘Regreso al futuro’ (‘Back to the Future’, 1986), una obra maestra elegante, vehemente y enérgica en la que el cineasta se convierte en la encarnación visual de la arrebatadora voz con la que Sagan supo despertar —y sigue sabiendo a través de su obra— la curiosidad por el cosmos en aquellos que alguna vez se hayan acercado a alguno de sus maravillosos escritos.

Contact 2

Lectura personal de cabecera desde que la descubrí con catorce años, ‘Cosmos’ (id, 1980) supuso para el que esto suscribe poder asomarse casi por primera vez a eso que el personaje de Jodie Foster —sublime de principio a fin— expresa con tantísima pasión cuando intenta defender el acontecimiento único que ha vivido delante de las escépticas miradas del comité de investigación del congreso:

…una visión del universo que nos dice, sin la menor duda, lo diminutos e insignificantes, y lo raros y preciosos que somos. Una visión que nos dice que pertenecemos a algo más grande que nosotros mismos, que no estamos solos, que ninguno de nosotros lo está.

Momento fundamental y definitivo en la evolución de Ellie Arroway, la astrofísica del programa SETI que intenta demostrar la existencia de inteligencia más allá de nuestro planeta, el anterior discurso, unido a los tres minutos y medio del comienzo del filme concretan, a mi entender, el esquema fundamental sobre el que Zemeckis en la dirección y James V. Hart y Michael Goldenberg en el guión —supervisado de forma íntima por Sagan— construyen dos horas y media en los que el cineasta da una categórica lección de autoridad cinematográfica, trabando con inquietud y un despliegue de ingenio asombroso una historia que habla de lo humano y lo divino, lo finito y lo infinito, la razón de la ciencia y la fe de la religión y de cómo dichos conceptos pueden llegar a aunarse para arrojar luz sobre esas preguntas que la humanidad siempre se ha hecho.

La historia que primero fue guión, después novela y finalmente película

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El primer guión de ‘Contact’ que ví era genial hasta la última página y media. Y entonces el cielo se abría y aparecían unos extraterrestres angelicales con un espectáculo asombroso de luces y me dije, “esto no va a funcionar”.

Robert Zemeckis

Allá por 1979, Lynda Obst —productora de títulos tan variados como ‘Flashdance’ (id, Adrian Lyne, 1983), ‘El rey pescador’ (‘The Fisher King’, Terry Gilliam, 1991) o de lo próximo de Christopher Nolan, la esperadísima ‘Interstellar’ (id, 2014)— propuso a Peter Guber la idea de que Carl Sagan desarrollara un guión a partir del germen que ese mismo año había comenzado a barruntar sobre el contacto con una inteligencia extraterrestre. Tengamos en cuenta que por aquél entonces el cine con alienígenas estaba pasando por un momento inmejorable, con ejemplos tan extremos como los que suponen ‘Encuentros en la 3ª fase’ (‘Close Encounters of the Third Kind’, Steven Spielberg, 1977) o ‘Alien, el octavo pasajero’ (‘Alien’, Ridley Scott, 1979), y que la idea de Obst, que Guber aceptó de inmediato, era aprovechar el tirón de los extraterrestres para sacar tajada en taquilla.

Poniéndose a ello con su esposa, Sagan tuvo un primer borrador de unas 100 páginas finalizado en 1980, y ya en él se introducían las analogías entre ciencia y religión como metáforas de la búsqueda de esa verdad que Joss Palmer, el personaje que Matthew McConaughey interpreta con corrección, tan vehementemente defiende. Tras diversas reescrituras —con cambios propuestos por el productor que los Sagan se negaron a aceptar—, Guber llegó a la Warner con el libreto de ‘Contact’ bajo el brazo en 1982, abriendo sin saberlo las puertas a un infierno que provocaría, entre otras cosas, que el científico decidiera convertir su tratamiento cinematográfico en una novela que sería publicada con gran éxito en 1985.

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La marcha de Guber de la Warner y su pretensión de readquirirle los derechos a la major una vez se encontró en el seno de la Sony, provocó por parte de la primera una rápida reacción, encargando la productora a Obst que pusiera a marchas forzadas la finalización de un guión definitivo, para lo que se contrataron a más guionistas, al tiempo que se empezaban a barajar nombres como los de Roland Joffé, el propio Zemeckis —la cita de arriba es de la época en la que el cineasta leyó el primer guión— y George Miller, el que llegó a estar más cerca de sentarse en la butaca de director.

Pero los constantes retrasos a los que el cineasta australiano sometió a la cinta, aduciendo la necesidad de más tiempo para re-escribir el guión —que en un momento dado incluía al Papa, a Linda Hunt como presidenta de los Estados Unidos y a un agujero de gusano que transportaba la Tierra al centro de la galaxia (sic)— fueron demasiado para la Warner, que terminó despidiéndole y ofreciendo el trabajo a un Zemeckis al que se le garantizó un control artístico total y la decisión final sobre el montaje de la cinta. ‘Contact’ estaba ya más cerca de ser una realidad.

‘Contact’, una cinta técnicamente perfecta

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Con Zemeckis a bordo, un guión ya consolidado que eliminaba los elementos más estridentes de las muchas re-escrituras que sufrió a lo largo de los años, la supervisión de Carl Sagan en todos los aspectos científicos que se tratan a lo largo de la acción y el apoyo de la Warner, que aprobó sin problemas el presupuesto de 90 millones que se le presentó, ‘Contact’ llegaba a los cines de medio mundo a principios de julio de 1997, sólo cinco meses después de que finalizara su rodaje. Cinco meses en los que hasta ocho compañías de efectos visuales —entre las que estaban, cómo no, ILM y Weta— se dejaron la piel para completar un trabajo alucinante que rubrica una cinta a la que creo que no se le puede poner ninguna pega desde el punto de vista técnico.

Fotografiada con gran esmero en anamórfico por un Don Burgess que realiza aquí su mejor trabajo junto con ‘Náufrago’ (‘Cast Away’, 2000) al lado de Zemeckis, ‘Contact’ fue, y sigue siendo, el máximo ejemplo de las muchísimas virtudes que el cineasta estadounidense había ido cultivando a lo largo de los años. Fuera de toda duda quedan ya a estas alturas las impresionantes cualidades de la narrativa del director, que une aquí a la claridad de la que siempre ha hecho gala una extrema elegancia y un mimo por el detalle que encuentran su mejor ejemplo en la asombrosa ejecución de dos planos secuencia que hablan por sí solos del genio del director.

(Atención, spoilers) Y si el segundo de ellos, que sigue a Ellie por entre las instalaciones de Nuevo México una vez ha llegado la señal de Vega —impresionante resulta también el juego de planos que precede a ésta— es asombroso, el primero es directamente la obra de un maestro. Me refiero, cómo no, al que utiliza Zemeckis para aumentar la carga dramática de la escena en la que la protagonista, aún niña, sube las escaleras a cámara lenta para llegar a la estantería del cuarto de baño donde están guardadas las píldoras que pueden salvar la vida de su padre. Todavía me recuerda mi esposa la cara de pasmarote que se me quedó la primera vez que vi la cinta al descubrir que todo lo que se veía en él era el —imposible— reflejo en un espejo. Sin palabras.

Ciencia y religión

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La primera gran virtud del hombre fue la duda, y el primer gran defecto la fe.

Carl Sagan

Pero ‘Contact’ es mucho más que la mera conjunción de la impecable labor de dirección, diseño artístico, efectos visuales, música —impresionante la forma en la que el score de Alan Silvestri alterna los momentos más íntimos con el vértigo de temas como el de la carrera de Ellie o lo que precede al viaje estelar de ésta— o la totalidad de su reparto con una Jodie Foster a la cabeza que encuentra en el filme uno de los vehículos de lucimiento más espectaculares de cuántos se ha visto implicada. No. Si nos quedáramos en eso y no fuéramos capaces de ver más allá estaríamos cayendo en el mismo error de los muchos críticos que en su momento no supieron vislumbrar la grandeza que se oculta a la vista de todos en este maravilloso filme.

Posicionado en los términos más neutrales posibles con respecto a las dos fuerzas que se miden a lo largo de la acción y que quedan representadas por Ellie —la fuerza de la razón, de la ciencia— y Palmer —la de la fe y la religión—, el guión que Zemeckis pone en escena otorga la suficiente voz a una y a otra actitud para conseguir algo que en la vida real aún parece implausible: la conciliación de posturas entre ambos extremos de la conciencia humana. Y para ello, como comentábamos más arriba, la cinta nos somete a un preciso proceso de empatía con su protagonista, haciéndonos partícipes de la vehemencia de su empírica visión sobre la realidad que nos rodea para, llegado el momento, poder sentir más de cerca la abrumadora duda que la embarga al regreso de su viaje al confín del universo.

Contact 7

No cabe duda de que, en cierto modo, Ellie es un alter ego de Carl Sagan —no hay más que leer la cita que encabeza esta sección— como tampoco que el científico intentó conciliar su pasión con un fenómeno que, como se dice en un momento dado en el filme “afecta al 95% de la población del planeta”. Y si bien no es este el lugar para dirimir la existencia de un Dios omnipotente, creo que lo que ‘Contact’ logra a todas luces es llevar a buen término las verbalizaciones más exaltadas de ambas posturas, algo que, en cierto modo, ya había hecho Sagan en su momento al afirmar:

Muchos piensan que Dios es un hombre de tamaño gigante, piel clara y larga barba blanca sentado en un trono en algún lugar del cielo ocupado en contar la caída de cada gorrión. Otros como Albert Einstein consideran que Dios es en esencia la suma de todas las leyes físicas que describen el universo. No tengo conocimiento de ninguna evidencia sobre patriarcas antropomórticos que controlen el destino de la humanidad desde un punto de vista celestial, pero sería una locura negar la existencia de las leyes físicas.

Esta cita, mejor que ninguna otra torpe disertación que pudiera hilvanar un servidor, habla de las intenciones que el añorado autor tenía para con novela y que Zemeckis refleja a la perfección revestida de grandioso espectáculo cinematográfico en ‘Contact’. La fuerza del mensaje, potenciada por la labor de Foster y por la delicada forma en que se nos hace llegar —la secuencia del encuentro con la inteligencia extraterrestre es de un lirismo arrebatador—, es tan incuestionable como, a mi parecer, lo es el hecho de que al hablar de este filme hay que hacerlo en los sobresalientes términos que creo han quedado perfectamente expuestos.

Robert Zemeckis: 'Lo que la verdad esconde', imitando al maestro

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Lo que la verdad esconde cartel

Metido de lleno en la doble aventura empresarial que fue la creación casi simultánea de Imagemovers y Dark Castle, y con su faceta de productor funcionando a marchas forzadas para dar salida a lo que cada una de las dos compañías iba exigiendo, Robert Zemeckis no tenía intención alguna de dejar atrás la realización, y de cara al año cero de este s.XXI nos sorprendió con dos títulos bien diferentes cuyas pre-producciones llegaron a simultanearse.

Habiendo ya comenzado con los preparativos previos para ‘Náufrago’ (‘Cast Away’, 2000) y con las primeras secuencias rodadas, Zemeckis sabía que tenía que parar un año para dar tiempo a Tom Hanks a adelgazar y dejarse la barba natural que luce en el soberbio filme, doce meses en los que el cineasta no iba a quedarse quieto. Con la recién formada Dreamworks llamando a su puerta para embarcarlo en la filmación de lo que él tuviera en gana, y con la condición impuesta por el propio Zemeckis de que, fuera lo que fuera lo que rodara, Spielberg no debía aparecer como productor —de nuevo el “alumno” queriendo quitarse de encima la sombra de su antiguo “maestro“—, fue un guión firmado por Clark Gregg —sí, el agente Coulson de ‘Los Vengadores’ (‘The Avengers’, Joss Whedon, 2012)—el que llamó la atención del cineasta y el que se convertiría en aquello que iba a ocupar su tiempo antes de mudarse temporalmente a la isla con Chuck y Wilson.

Lo que la verdad esconde 1

Garantizando que el potencial en taquilla de una cinta de terror se viera aumentado por la presencia de estrellas de renombre, Zemeckis eligió a Harrison Ford y Michelle Pfeiffer como intérpretes de esta historia de fantasmas, asesinatos y golpes de efecto, aceptando ambos actores de forma inmediata la invitación del cineasta motivados tanto por la posibilidad de trabajar con él como, qué duda cabe, por el abultado cheque que recibieron; 20 millones Ford, 10 Pfeiffer, ni más ni menos que un tercio en total de los noventa millones de dólares de presupuesto con los que contó Zemeckis y que la película recuperó de sobra con un taquillaje total cercano a los 300 millones que la convertían en una de las producciones con más recaudación del año.

‘Lo que la verdad esconde’ (‘What Lies Beneath’, 2000) narra la historia del matrimonio formado por Norman y Claire Spencer, una familia de clase muy acomodada que vive en una suntuosa mansión a orillas de un lago. Coincidiendo con la marcha de su única hija a la universidad, Claire comenzará a experimentar extraños fenómenos en su hogar, unos fenómenos que atribuirá primero a la supuesta desaparición de su vecina, pero cuyo origen es bastante más aterrador y personal de lo que en un principio podría haber imaginado.

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Si bien puede no parecerlo por la anterior sinopsis, si hay una fuente de la que el filme de Zemeckis y el guión de Gregg beben hasta quedarse plenamente saciados, esa es el cine de Alfred Hitchcock. No es que la sombra del maestro del suspense planee de forma más o menos evidente por la totalidad del filme, es que, emulando a Peter Pan, escritor y director la han atrapado y cosido a los márgenes de su producción hasta tal punto que, sino fuera por lo previsible hasta decir basta que resulta toda la acción —algo que pocas veces se puede afirmar sobre un título del británico—, podría parecer que la intención de ambos no es otra que copiar de forma descarada la idiosincrasia, y algo más, de muchas de las películas del orondo cineasta. ¿Ejemplos decís? para hartarse.

Dejando de lado el ¿insignificante? hecho de que el personaje de Harrison Ford se llame igual que el que Anthony Perkins interpretaba en ‘Psicosis’ (‘Psycho’, 1960), ya en el arranque de la cinta podemos comenzar a apuntar a referencias que van desde ‘La ventana indiscreta’ (‘Rear Window’, 1954), con Claire espiando a sus vecinos, a ‘Sospecha’ (‘Suspicion’, 1954), siendo la presencia de Harrison Ford demasiado similar a la de Cary Grant —hasta en sus modos interpretativos, me atrevería a afirmar— como para ignorarla.

Lo que la verdad esconde 3

A éstas habría que añadir el ambiente necrofílico que rodea toda la ambientación de la cinta, que parece directamente extraído de ‘Vértigo, de entre los muertos’ (‘Vertigo’, 1958); la relevancia que adquiere el cuarto de baño de la casa casi como un personaje más de la trama —y atención al plano casi calcado de ‘Psicosis‘— o el que la banda sonora de Alan Silvestri parezca sacada de entre las anotaciones al margen de los pentagramas de cualquier trabajo de Bernard Herrmann para Hitchcock, fundamentando el músico la eficacia de su partitura en una potente sección de cuerda como ya haría el maestro para la “música en blanco y negro” del filme sobre Norman Bates.

Trufado además de incontables reminiscencias a otros muchos títulos —por aquí se pasean con descaro apuntes hacia ‘El resplandor’ (‘The Shining’, Stanley Kubrick, 1980), ‘La noche del cazador’ (‘The Night of the Hunter’, Charles Laughton, 1955) o ‘La semilla del diablo’ (‘Rosemary’s Baby’, Roman Polanski, 1968), por poner tres ejemplos— poco importaría todo el bagaje que la cinta arrastra si tan sólo hubiera que atender al efectivo trabajo de la pareja protagonista, espléndidos los dos, o a la magnífica dirección de Zemeckis —atención a la escena de la bañera, todo un prodigio de realización y montaje—; pero ¡ay!, como apuntaba antes, la previsibilidad que rezuma del primer al último minuto del libreto de Gregg y el abuso que hace la cinta del susto fácil y los arquetipos del género, termina por provocar que todo quede reducido a un conjunto muy aparente desde lo visual pero mediocre de cara a su valoración global.

Así, si ‘Lo que la verdad esconde’ reza en el currículo del cineasta como una muestra más de lo que es capaz de hacer cámara en mano, en el cómputo global de los títulos de los que se ha hecho cargo Zemeckis desde que comenzara su profesión allá por finales de los setenta, esta olvidable cinta de terror del montón está a la altura de las chorradas con las que inició su trayectoria o, curiosamente, de ese otro filme construido alrededor de difuntos algo inquietos que fue ‘La muerte os sienta tan bien’ (‘Death Becomes Her’, 1992).

Robert Zemeckis: 'Náufrago', una obra de arte

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Naufrago cartel

Recuerdo que hace más de seis años, leyendo un artículo sobre los aviones de FedEx que sobrevuelan diariamente el Pacífico, pensé en lo que pasaría si uno de esos aparatos se perdiera en el mar. Y ese pensamiento se transformó en la historia de un hombre abandonado en una isla durante cuatro años y cómo, en el fondo, ese tiempo pasa en un abrir y cerrar de ojos.

Tom Hanks

Al margen de poder darme el gustazo de escribir sobre una de mis películas favoritas de todos los tiempos, el haberme decantado en su momento por este especial de Robert Zemeckis respondía a la pulsión irrefrenable de tener que verter en estas líneas de tinta virtual todo aquello que se me ocurriera sobre dos cintas que en sus respectivos años se alzaron como incuestionables cimas del séptimo arte para el que esto suscribe. Y si para aquellos que lleváis siguiendo este especial desde el principio huelga decir que la primera de ellas fue la asombrosa ‘Contact’ (id, 1997), resulta también muy evidente que la segunda en discordia es esta bellísima obra de arte preñada de momentos inolvidables que es ‘Náufrago’ (‘Cast Away’, 2000).

Naufrago 1

Por más que sea una afirmación de esas que suelen hacerse en el último párrafo de una entrada a modo de conclusión, me atrevería a afirmar que, a falta de saber qué le depara el futuro al cineasta, ‘Náufrago’ es la última gran cinta de Robert Zemeckis: un filme redondo, intenso, en el que el realizador demuestra su maestría tras el objetivo en un ejercicio de virtuosismo cinematográfico que atrapa al espectador desde su enérgico comienzo hasta su pausada conclusión y que se beneficia sobremanera de una de las mejores actuaciones —si no la mejor— que hemos podido verle a ese monstruo de la gran pantalla que es Tom Hanks.

La gestación de lo que terminaría convirtiéndose en ‘Náufrago’ comenzó poco después de que actor y director colaboraran en ‘Forrest Gump’ (id, 1994) y tras ocurrírsele al intérprete la idea para la cinta, y contactar éste con William Broyles Jr. para la redacción del guión, transcurrieron unos cuantos años de constantes escrituras del mismo; años en los que Zemeckis, ahora amigo íntimo de Hanks tras su oscarizado filme, estuvo al tanto de las diversas idas y venidas en la evolución del libreto hasta tal punto que cuando llegó el momento de decidir quién iba a ser el cineasta que lo trasladara a celuloide, el único nombre que se puso sobre la mesa fue el del artífice de ‘Regreso al futuro’ (‘Back to the Future’, 1986).

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Como ya comentamos en la entrada correspondiente a ‘Lo que la verdad esconde’ (‘What Lies Beneath’, 2000), el rodaje de ‘Náufrago’ tuvo que ser llevado a cabo en dos partes separadas entre sí por un espacio de unos catorce meses en los que Tom Hanks se sometió a un severo régimen para perder los 25 kilos que se supone adelgaza su personaje a lo largo de los cuatro años que pasa en la isla, al tiempo que se dejaba crecer la barba y el pelo para que el proceso de transformación pareciera lo más real posible. Una decisión que, vista la cinta, sólo puede ser aplaudida una y otra vez: el que Zemeckis optara por prescindir del maquillaje que habría sido inevitable en cualquier aproximación a esta vuelta de tuerca al arquetipo de Robinson Crusoe, dota de un verismo inusitado a la segunda parte del filme, un verismo que se ve propulsado, lo decíamos más arriba, por el alucinante trabajo de Hanks.

Torrente de energía que “vive y muere por el reloj”, es a través de los ojos de Chuck Noland que Zemeckis nos presenta la totalidad de la historia que se desarrolla a lo largo de 143 minutos de los que no se desperdicia ni un sólo segundo. Lo que dicha decisión comporta —la de presentar todos los hechos desde el punto de vista del personaje central— es la inmediata identificación del espectador con el personaje de Hanks, algo que el actor siempre ha conseguido con facilidad por su natural carisma pero que aquí adquiere tintes descomunales gracias a que desde el momento en el que irrumpe en escena, la cámara no se separa de él.

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(Pequeños spoilers) Centrada pues la atención en el sobrecogedor cambio que la estancia en la isla imprime en la personalidad de Chuck, el despliegue de recursos que Zemeckis efectúa tras las cámaras alcanza cotas de auténtico genio. Y aunque resulte complicado quedarse con un puñado de momentos sueltos de una cinta que guarda imágenes para el recuerdo en mil y un rincones, no cabe duda de que el plano secuencia en Moscú, el accidente de avión —cine en estado puro—, la magistral forma en que el cineasta salta cuatro años hacia adelante o todo lo que transcurre a bordo de la balsa son, a todas luces, álgidos repuntes de un metraje que es, como poco, exquisito. (Fin pequeños spoilers)

A enmarcar dicha exquisitez acuden raudos tanto la excelsa fotografía de Don Burgess —esos arrebatadores tonos violáceos con los que plasma la noche— como una escueta partitura de Alan Silvestri que en su reducida expresión viene a incidir de manera asombrosa en tres momentos cruciales en el devenir de la acción, aumentando sobremanera el dramatismo que sobre dichas escenas reposa por acción directa tanto de Zemeckis como, y cerramos el círculo con él, de Tom Hanks.

Porque, seamos francos, un muy alto porcentaje de lo que ‘Náufrago’ transmite se habría diluido de no haber sido porque la presencia de Hanks consigue, como apuntaba antes, que nos creamos lo que está pasando, que en todo momento el esfuerzo consciente de Zemeckis por hacernos protagonistas de la historia quede refrendado en las maneras interpretativas de ese hombre que podría ser cualquiera de nosotros: el apasionado trabajo del oscarizado actor dibuja todo un carrusel de emociones que, por extremas, habría sido complicado aceptar de otro —me cuesta trabajo pensar en otro actor que nos hubiera hecho sentir como él la pérdida de Wilson— , y acompañando a su espectacular transformación física encontramos una mucho menos evidente que, no cabe duda, es la que sirve de vehículo al motivo temático del filme y la que, en última instancia, coloca a la cinta en el podio de lo mejor que ha salido del talento cinematográfico de un director que a partir de aquí comenzará a difuminarse en inanes búsquedas digitales.

Robert Zemeckis: 'Polar Express', parque de atracciones

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Cualquiera que se haya asomado a la filmografía de Robert Zemeckis habrá podido observar que, desde que rodara la primera entrega de la trilogía de ‘Regreso al futuro’ (‘Back to the future’, 1985), la obsesión del cineasta por la tecnología digital y los efectos especiales ha ido en aumento a cada nueva producción en la que se ha embarcado. Visto así, la decisión de hacerse cargo de ‘Polar Express’ (id, 2004) debería ser interpretada como el siguiente estadio en una evolución natural hacia formas cinematográficas que le permitieran explorar, ahora sin limitaciones, todo lo que el “ordenador” era capaz de ofrecerle.

Entre toda esa oferta, Zemeckis fue a fijarse en las muchas posibilidades que, desde diversos puntos de vista, ofrecía al cineasta que quisiera aprovecharlas la técnica de performance capture, que ya se había utilizado en la fallida ‘Final Fantasy: la fuerza interior’ (‘Final Fantasy: The Spirits Within’, Hironobu Sakaguchi, Motonori Sakakibara, 2001) que, en menor escala, habíamos podido ver aplicada en la creación de Gollum y que se convertiría, durante casi ocho años, en la única fijación de un cineasta que casi tira su carrera por el inodoro por un tipo de cine que, desde el comienzo, dejó muy claras sus limitaciones y, porqué no, sus vergüenzas.

Polar Express 1

Entre las primeras, la más evidente es la que ha caldeado cualquier debate entre cinéfilos en el que se haya hablado de la “sustitución de un actor por su contrapartida digital”. Lejos de querer avivar el fuego en uno u otro sentido, y centrando sólo el discurso en lo que a ‘Polar Express’ atañe —aunque aquí también podríamos incluir a ‘Beowulf’ (id, Robert Zemeckis, 2007)— está muy claro que lo que podíamos ver en los cines hace ahora casi una década nada tiene que ver con aquello con lo que, por ejemplo, nos maravillamos cinco años después al acudir a la proyección de ‘Avatar’ (id, James Cameron, 2009): la torpeza extrema con la que se mueven los personajes de la cinta de Zemeckis, el “acartonamiento” de sus extremidades, y lo hierático de sus expresiones hacían que, al menos en lo que a servidor concierne, la experiencia que la cinta suponía en otros terrenos se viera mermada sobremanera.

Aquí siempre me ha parecido muy curioso la vehemente defensa que el propio director hizo en su momento de las “ilimitadas posbilidades que tenía la técnica de la performance capture” afirmando sobre ella que era el futuro por el que terminaría pasando todo un tipo de cine que no podría visualizarse de otra manera, puntualizando cada vez que tenía ocasión el descenso en los costes de producción —algo que los 150 millones de dólares que se dejó la Warner parecen no respaldar—, y dejando entrever que el paso a la animación digital era el lógico para todo un sesgo de cineastas que no podrían encontrar en las filmación tradicional mezclada con efectos visuales lo que el uso de la grabación con captura de movimiento permitía a aquél que a ella se acercara. Irónico cuanto menos que finalmente fuera él mismo el que merced a tres batacazos de taquilla seguidos cerrara el capítulo que había comenzado con el título que hoy nos ocupa.

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Volviendo al discurso de lo que no funciona en ‘Polar Express’ es dolorosamente evidente para cualquiera que la haya visionado en algún momento a ella lo mucho que William Broyles Jr., el firmante del guión, tuvo que alargar las 30 escuetas páginas del cuento original de Chris Van Alsburg. Un cuento al que, como ya pasara con la idea de la que surgió ‘Náufrago’ (‘Cast Away’, 2001), fue Tom Hanks el que le vió el potencial suficiente como para ser trasladado a la gran pantalla.

Con un hilo argumental que se resume en “un niño que está perdiendo la ilusión por la Navidad y se sube a un tren que va al Polo Norte para conocer a Papá Noel”, el proceso de estirado hasta conseguir las casi dos horas de metraje a lo largo de las que se extiende ‘Polar Express’ termina por pasar temprana factura no tanto al ritmo de los acontecimientos, que no paran —aunque ahora habrá que precisar si eso es una virtud o un defecto—, sino a la percepción general acerca de un filme que termina convirtiéndose en la sucesión concatenada de diversos momentos que parecen sacados de la febril imaginación de cualquier ingeniero experto en parques de atracciones.

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Sólo así se explican escenas puestas porque sí para prolongar la experiencia visual constante que es la cinta, y momentos como el descarrilamiento del tren en el lago helado, toda la secuencia del vuelo del billete de tren, o aquella que sigue a los niños por el laberinto que es la ciudad de los elfos llegan a exasperar al espectador que busque algo más que los denodados intentos de un director por dejar epatado al respetable. Huelga decir, por tanto, que en lo que al que esto suscribe respecta, el hecho de que el filme “no pare” y ofrezca una continua montaña rusa de emociones visuales no es garante en ningún momento del triunfo de un metraje cuyos mimbres básicos no son más que un endeble amasijo de huesos incapaz de sostener tan prolongada duración.

Con el severo revés que la práctica ausencia de guión supone para cualquier producción cinematográfica —soy de esos románticos que opinan que sin guión no hay cine—, lo que ‘Polar Express’ ofrece es un vacuo artificio que queda lejos de justificarse por su limitado mensaje: por más que su factura sea impecable en algunos aspectos entre los que cabría destacar, cómo no, la asombrosa dirección de Zemeckis y el esfuerzo de Tom Hanks por interpretar a cinco de los personajes que se pasean por la acción, esas vergüenzas a las que me refería al comienzo —¿cómo es que nadie tuvo los reaños suficientes para cortar la cancioncita del chocolate del montaje final?— pesan demasiado de cara a una potencial valoración positiva de un filme que, considerando los parámetros en los que se suelen medir los éxitos y los fracasos en la taquilla norteamericana, fue primer bache e indicativo claro que debería haber servido a Zemeckis como alarma para alejarse lo antes posible de una trayectoria que, como decía antes, casi acaba por arrastrar por el lodo el intachable nombre de un grande del séptimo arte.

Robert Zemeckis: 'Cuento de Navidad', el último estertor

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Cuento de Navidad cartel

Es como si Charles Dickens hubiera escritoel relato para que fuera una película. Es increíblemente visual y cinematográfico. Es la historia de viajes en el tiempo más grandiosa jamás escrita; y yo deseaba hacer una película que lograra recrear el relato tal y como lo concibió originalmente el escritor.

Robert Zemeckis

Retirada la confianza de la Warner tras el fracaso de taquilla de ‘Polar Express’ (‘The Polar Express’, 2004), y después de repetir hazaña de cara a la Paramount en su siguiente apuesta dentro del formato de la animación por captura de movimiento con ‘Beowulf’ (id, 2007) —cuyo rendimiento en las salas ni siquiera llegó a superar su desorbitado presupuesto como sí pasó con la cinta navideña, quedándose a 70 millones en suelo estadounidense de recuperar lo invertido—, las opciones comenzaban a agotársele a Robert Zemeckis para conseguir que un estudio se interesara por lo que el cineasta consideraba como uno de los futuros por los que pasaba el séptimo arte.

La gran diferencia entre la posición de Zemeckis y otros coetáneos suyos como James Cameron, es que mientras que los postulados del director de ‘Regreso al futuro’ (‘Back to the future’, 1986) pasaban por considerar el uso de la captura de movimiento como la ÚNICA herramienta posible a la hora de filmar, aquellos utilizados por el realizador de ‘Avatar’ (id, 2009) iban encaminados a fusionar dicha técnica con imagen real utilizándola como complemento de unos modos más “tradicionales” de rodaje; y si algo terminó sentenciando el futuro de las intenciones del director objeto de este especial fue que, estrenada el mismo mes que el monstruo de Cameron, su filme, que había costado a la Disney la friolera de 200 millones de dólares, no recaudara ni 140 millones en la taquilla estadounidense.

Cuento de Navidad 1

Tan paupérrimos resultados económicos, unidos a la nueva debacle que suponía la horrible y muy olvidable ‘Marte necesita madres’ (‘Mars Needs Moms’, Simon Wells, 2011) terminarán siendo determinantes para que Disney suspenda el acuerdo de colaboración al que había llegado con Image Movers —la compañía fundada para poner en pie ‘Polar Express‘— retirándole así la confianza a un cineasta que, poco tiempo después, anunciará con gran pesar la cancelación del anhelado proyecto que lo habría llevado a filmar, utilizando de nuevo el mismo formato, un remake de las aventuras de los Beatles a bordo de cierto submarino amarillo, un proyecto éste que muchos mirábamos con gran escepticismo y para el que, esperemos, nunca vuelvan a existir opciones.

A la luz de todos estos datos de inocuas taquillas, alarmantes cancelaciones y falta de confianza en uno de los mejores directores que surgieron durante finales de los setenta y principios de los ochenta, la pregunta que surge es muy evidente: ¿era para tanto?, o dicho de otra manera, ¿tan “mala” es ‘Cuento de Navidad’ (‘A Christmas Carol’, 2009) para justificar la demonización de un cineasta de la talla de Robert Zemeckis? La respuesta, aunque matizable, es que sí, y será competencia de los próximos párrafos arrojar cierta luz al respecto de un filme que, a priori, casaba de forma íntima con dos de las filias de Zemeckis que ya le habíamos visto en producciones anteriores: los viajes en el tiempo y la Navidad.

Cuento de Navidad 2

Extraídas ambas del sombrío texto de Dickens que tantas veces ha conocido su traslación a la gran pantalla, resulta desafortunado que, al margen de un par de alteraciones con respecto al relato original —Zemeckis eliminó por completo el pasaje en el que el escritor británico hace referencia a lo que la Navidad logra en otros puntos del planeta alejados de Londres— el discurso del director vuelva a centrarse de forma casi exclusiva en explotar las posibilidades de “parque de atracciones” que le ofrecen tanto la técnica de la captura de movimiento como el 3D en el que será estrenado el filme.

Contando así con muchos elementos en común que la conexionan con lo que ya hablábamos de ‘Polar Express’ hace una semana, ‘Cuento de Navidad’ muestra sus cartas desde el primer minuto, con ese plano secuencia sobrevolando el Londres victoriano a ras de los techos de las casas y las calles, sometiendo Zemeckis a la cámara virtual a efectuar un recorrido asombroso por mil y un lugares en los que un objetivo físico no podría entrar. El problema es que, trascendido dicho plano inicial, el filme termine reduciéndose en esencia a repetir la jugada cada vez que tiene ocasión, dirigiéndose sin arredros hacia la misma alarmante carencia que había ostentado su antecesora navideña, el convertirse en un espectáculo vacío de todo contenido.

Cuento de Navidad 3

Y si en ‘Polar Express’ dicha vacuidad quedaba hasta justificada por dimanar el guión de un escueto texto original, el que Zemeckis desperdicie el potencial del cuento Dickesiano es imperdonable —como imperdonable era lo que conseguía extraer junto a Gaiman y Avary de ‘Beowulf‘— y la falta de personalidad de la traslación que aquí se lleva a cabo sobre las páginas escritas por el literato inglés hace 170 años resulta evidente a cada minuto de proyección que pasa. Incuestionable es también el hecho de que, si comparamos ‘Polar Express’ con el filme que hoy nos ocupa o con la citada ‘Beowulf’, y dejamos de lado las diferencias en cuanto al nivel de detalle que alcanzan ciertas secuencias —de nuevo, ese comienzo—, son abundantes las carencias que ambos títulos ostentan en cuanto a la expresividad de la mirada de todos sus personajes.

Quizás pueda parecer excesivo afirmar que sobre dichas carencias descansa gran parte de la responsabilidad de que ‘Cuento de Navidad’ falle tan estrepitosamente en conectar con el público pero, si a ello le unimos uno de los trabajos musicales menos inspirados de Alan Silvestri, la insistencia de Zemeckis en que un único actor interprete a varios personajes —en este caso Jim Carrey, que encarna a todas las edades de Scrooge y a los fantasmas que le visitan—, y lo absurdo que resulta, en conjunto, el planteamiento de usar una técnica tan poco rentable como la de animación por captura de movimiento para desperdiciarla en un relato que se podría haber filmado perfectamente como la combinación de un entorno real con efectos visuales de última generación, no es de extrañar que, antes de abordar la que será última entrega de este especial, nos quedemos con una nota muy amarga al aproximarnos a un filme que, en contraposición a ese mastodóntico contrincante que fue ‘Avatar’, terminará por perderse en el olvido. Y muy justo será si así ocurre.

Otra crítica en Blogdecine

‘Cuento de navidad’, un vacío espectáculo en 3D al servicio de Jim Carrey

Robert Zemeckis: 'El vuelo', sexo, mentiras y botellas de alcohol

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El vuelo cartel

Tras haber visto sus infructuosos intentos de instaurar la animación por captura de movimiento como una nueva y revolucionaria forma de hacer cine, tener que soportar las críticas de innumerables medios hacia las tres olvidables propuestas pertenecientes a dicha apuesta, ver arrastrado hasta cierto punto su intachable nombre y su brillante trayectoria por una obsesión a todas luces incomprensible y observar como la industria le daba la espalda a ulteriores proyectos que hubieran seguido insistiendo en el uso de la citada tecnología; estaba muy claro que a Robert Zemeckis sólo le quedaba una opción, volver a la imagen real y hacerlo con un filme que dejara claro que el cineasta que había sido hasta ‘Náufrago’ (‘Cast Away’, 2000) no se había esfumado sin dejar rastro.

La duda que quedaba era si Zemeckis volvería por sus antiguos fueros y se aseguraría un cierto respaldo del público o, por el contrario, arriesgaría en incursionar en nuevos territorios sin explorar para que este regreso al “cine tradicional” fuera toda una llamada de atención sobre sus aún intachables cualidades narrativas, una virtud de la que el realizador ha demostrado ser incuestionable valedor una y otra vez y que ni siquiera sus coqueteos con la animación digital han mermado —como ya pudimos ver en los artículos correspondientes a ‘Polar Express’ (id, 2004), ‘Beowulf’ (id, 2007) y ‘Cuento de Navidad’ (‘A Christmas Carol’, 2009).

El vuelo 1

Desafortunadamente, la elección de Zemeckis de la historia que supondrá su último filme hasta la fecha —a la espera continuamos de que el cineasta anuncié cuál será su próximo proyecto— resulta tan irregular que, sino fuera por su magnífico tramo inicial y por el trabajo por él efectuado, estaríamos en disposición de afirmar que, como otros muchos productos que trascienden a la gran pantalla por motivos que uno desconoce, ‘El vuelo’ (‘Flight’, 2012) no es más que un telefilme venido a más por la inyección de capital que suponen sus escuetos 31 millones de dólares de presupuesto, una cantidad muy modesta para alguien que llegó a manejar cerca de siete veces más con anteriores títulos.

Como decía, lo mejor de ‘El vuelo’ desde el punto de vista de trama y dirección se centra en sus primeros cuarenta minutos. Un arranque fantástico que, no obstante, parece un grito consciente por parte de Zemeckis de vapulear y llamar la atención a la desesperada de todos aquellos que lo habían criticado hasta la fecha, mostrando el director con suma franqueza un desnudo femenino frontal y el consumo de drogas y alcohol por parte de la estrella del filme, un Denzel Washington en el que reposa no poca responsabilidad acerca de la solidez de lo que se desarrolla una vez trascendido ese primer acto de la cinta.

El vuelo 2

No cabe duda de que, de él, lo que resulta a todas luces más destacable es la espléndida y asombrosa visualización que Zemeckis hace del accidente de avión que sirve como desencadenante del “drama humano” en el que después derivará el metraje: echando mano, como ya comentaba antes, de esa claridad narrativa que siempre le ha caracterizado, y volviendo a demostrar que a la hora de integrar los efectos visuales hay muy pocos cineastas que estén a su altura, Zemeckis se saca de la chistera una secuencia que corta el aliento y que supera a todas luces a aquella que, hace trece años, suponía el punto de ruptura argumental de su anterior filme de imagen real.

Con esta espléndida muestra de su mejor hacer como punto álgido de la proyección, el resto de la historia de Whip Whitaker, un piloto de avión con severos problemas de adicción que salva a la práctica totalidad de los pasajeros del vuelo que comanda de una muerte segura para después ser investigado por posible conducta criminal, se mueve en los mismos términos que lo haría cualquier drama de tres al cuarto firmado por cualquier director poco o nada reconocido y sólo la providencial inclusión de Washington y los secundarios que le rodean, evitan el completo descenso de la producción al infierno de la apatía y el sopor que termina por embargar al espectador ante una historia de redención que, tirando de clichés, personajes arquetípicos —el borracho que quiere dejarlo, la adicta que quiere dejarlo, el abogado que tiempo ha dejó sus escrúpulos…— y situaciones de manual se ha contado hasta la saciedad en numerosas ocasiones.

Es pues en la labor de un Washignton que cuaja aquí uno de sus más grandes papeles —y eso es mucho decir de un intérprete con una trayectoria impecable— y en el apoyo de Kelly Reilly, de unos sólidos Don Cheadle y Bruce Greenwood y de las dos brillantes intervenciones de John Goodman —en un personaje que recuerda, aunque algo descafeinado, a su Walter Sobchak de ‘El gran Lebowski’ (‘The Big Lebowski’, Joel Coen, 1998)— donde reside de forma asilada el único interés de una producción que, con sus aspectos técnicos cuidados como ya es norma en Zemeckis, y con una banda sonora minimalista y anodina de Alan Silvestri —algo que, por otra parte, era lo que exigía el filme— queda como un primer pero muy insuficiente paso en la recuperación para la gran pantalla de, y lo he dicho muchas veces, una de las mejores voces cinematográficas que ha dado el cine de los últimos treinta años.

Otra crítica en Blogdecine

‘El vuelo’, Denzel Washington por todo lo alto


Joseph Gordon-Levitt protagonizará lo nuevo de Robert Zemeckis

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Mientras decide el alcance de su implicación en la adaptación a la gran pantalla del cómic ‘The Sandman’ —de momento solo está confirmado como productor pero bajara protagonizarla y dirigirla— y a la espera del estreno de ‘Sin City: A Dame to Kill For’ (Robert Rodriguez & Frank Miller, 2014), Joseph Gordon-Levitt va ocupando su agenda con otros interesantes proyectos, como el que nos ocupa, ‘Alcanzar las nubes’ (‘To Reach The Clouds’), basada en las memorias del célebre funambulista Philippe Petit, el protagonista del documental ganador del Oscar ‘Man on Wire’ (James Marsh, 2008) —lo tenéis arriba, completo, con subtítulos en español—.

El otro nombre clave de este proyecto es Robert Zemeckis. El cineasta que nos cautivó con joyas como ‘Regreso al futuro’ (‘Back to the Future’, 1985), nos dejó algo desconcertados con una irregular etapa animada y nos conquistó nuevamente con la estupenda ‘El vuelo’ (‘Flight’, 2012). Ése. Lleva desde 2011 detrás de ‘To Reach The Clouds’ y quiere filmarla en 3D. Pues claro. Con Gordon-Levitt al frente del reparto, creo que solo podemos ser optimistas sobre el resultado. La pequeña mala noticia es que de momento no hay fecha para el rodaje ni el estreno. Paciencia. Merecerá la pena…

En Blogdecine | Especial Robert Zemeckis
Vía | /Film

Hay más cine ahí fuera (26 de Mayo-1 de Junio)

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ford1 ¡Hola blogdecinistas! ¿Cómo lleváis la llegada del verano? ¿El previsible aluvión de patriotismo futoblero? ¿La recta final de la versión televisiva de Canción de hielo y fuego? ¿La vida más allá de ocios, tinieblas y tareas pendientes? Espero que fantásticamente. En esta sección nos proponemos repasar el mejor contenido dedicado al cine que no ha sido publicado en esta bitácora. Espero que lo disfrutéis.

-Dave Kehr sobre John Ford: The Columbia Collection. El crítico de cine explica por qué razón tenemos que comprar o echar un vistazo a esta pedazo de edición de uno de los trabajos explícitos. Kehr deja su labor, impresionante, de crítico de cine para trabajar en el MoMA en la preservación de películas, una labor que, según cuenta en su bitácora, "espera que sea crítica de cine por otros medios".

-Eterna sed de amar. En Visual404 hay descubrimientos casi cada semana. Mara Vega compara, visualmente y sin apenas necesitar más que citas complementarias, los aspectos visuales y temáticos en dos trabajos emblemáticos de Wong Kar-Wai y Jim Jarmusch. La escritura cinematográfica de Vega es genuina, llena de imaginación, sentimiento y gran capacidad de observación.

-Tú a Los Ángeles y yo a Barcelona La reciente '10.000 km' (id, 2014) ha despertado merecidas conversaciones. Tonio L. Alarcón escribe, como siempre, una hospitalaria introducción a la película y sitúa bastante bien sus virtudes y sus estructuras metafóricas.

-'Bordwell sobre Welles. David Bordwell decide escribir largo y tendido sobre la segunda, magnética y mutilada película de Orson Welles. 'El Cuarto Mandamiento' (The Magnificent Ambersons, 1942) es, incluso en su estado cuasi desperdiciado, una obra maestra llena de estilo y resonancias y la inteligencia discursiva de Bordwell examina con cuidado sus temas y su estilo.

-'Forrest Gump: La estupidez como redención' En un período especialmente aburrido para el cine norteamericano más comercial, Jonathan Rosenbaum se reveló como el más adecuado y valiente crítico para dialogar con la evolución de uno de los grandes talentos de la década anterior, el cineasta Robert Zemeckis. En su transición de cineasta cómico, gamberro y transgresor a maestro de Oscarizables pasaron cosas y la más significativa de todas es posible que esté en 'Forrest Gump' (id, 1994), el primero de sus films serios.

'The Walk', primeras imágenes de lo nuevo de Robert Zemeckis

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Joseph Gordon-Levitt es Philippe Petit en lo nuevo de Robert Zemeckis

"Es una mezcla entre Gravity y Ocean´s Eleven.

(Tom Rothman, productor)

Ya queda menos para ver otra película de Robert Zemeckis. Coincidiendo con el final del rodaje (curiosamente, esta semana también acabaron los de 'Terminator Genisys' y 'Los 4 Fantáticos') TriStar Pictures presenta las primeras imágenes oficiales de 'The Walk', lo nuevo del director de 'Regreso al futuro' ('Back to the Future', 1985).

Joseph Gordon-Levitt protagoniza 'The Walk' (antes titulada 'To Reach the Clouds'), adaptación a la gran pantalla del libro 'Alcanzar las nubes', de Philippe Petit. Como ya comentamos a principios de año, la película de Zemeckis (coautor del guion junto a Christopher Browne) narra en clave de ficción la misma historia real sobre la que giraba el aclamado documental 'Man on Wire' (James Marsh, 2008).

Hoy, 7 de agosto, es el 40º aniversario del evento que hizo famoso a Petit, un funambulista francés que recorrió la distancia que separaba las Torres Gemelas caminando sobre un cable. Ben Kingsley, James Badge Dale, Ben Schwartz, Charlotte Le Bon, Clément Sibony y César Domboy completan el reparto de 'The Walk', cuyo estreno está previsto para el 2 de octubre de 2015.

Los protagonistas de The Walk

Vía | USA Today

'The Walk', primer tráiler y cartel de lo nuevo de Robert Zemeckis

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Cartel de The Walk

Más de un año después de que aparecieran las primeras imágenes, por fin podemos ver el primer tráiler de 'The Walk', la nueva película de Robert Zemeckis tras la estupenda 'Flight' (2012). Encontraréis el vídeo al final del post, tanto en inglés como en español; es un teaser de dos minutos que se centra en repasar algunos títulos populares del director y presentar la hazaña que nos van a narrar (para disfrutar al máximo en IMAX 3D, quien pueda). Un buen tráiler, lo justo para recordarnos la existencia de la película e ir abriendo el apetito.

Asimismo, como podéis ver, Sony Pictures ha distribuido el primer cartel de la película, definida como "una mezcla entre Gravity y Ocean´s Eleven". 'The Walk' está protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, en la piel de Philippe Petit, funambulista francés conocido porque en 1974 recorrió la distancia que separaba las Torres Gemelas caminando sobre un cable; es la misma historia que recoge el documental 'Man on Wire' (James Marsh, 2008). Zemeckis y Christopher Browne firman el guion, basado en las memorias de Petit, 'Alcanzar las nubes' ('To Reach the Clouds').

Teaser póster en español de The Walk

Ben Kingsley, James Badge Dale, Ben Schwartz, Charlotte Le Bon, Clément Sibony y César Domboy completan el reparto de 'The Walk'. La mala noticia es que todavía queda casi un año para poder ver la película en nuestro país: se estrena en Estados Unidos en octubre pero a los cines españoles no llegará hasta diciembre (2015). En fin, podría ser peor. Podría haberse quedado Zemeckis trabajando en espectáculos animados tan huecos como 'Cuento de navidad' ('A Christmas Carol', 2009) o haber perdido todo el talento que le dio fama y prestigio en los años 80 y 90.

  • Tráiler en versión original:

  • Tráiler en castellano:

Este año tendremos las zapatillas de 'Regreso al Futuro', la imagen de la semana

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Las zapatillas de Regreso Al Futuro

Confirmado: podremos llevar las zapatillas del futuro. Como sabéis, este 2015 es el año al que viaja Marty McFly desde 1989 1985 en la segunda aventura de la popular trilogía 'Regreso al futuro'. Estos días han dado mucho que hablar las comparaciones entre nuestro presente y el 2015 imaginado por la película de Robert Zemeckis. Todavía hay predicciones que pertenecen a los sueños propios de la ciencia-ficción... pero hay una que va a hacerse realidad justo a tiempo.

Nike lanzará este año las icónicas Nike Air MAG que aparecían en 'Regreso al Futuro II'. Así lo ha asegurado esta semana Tinker Hatfield, jefe de innovación de la compañía, durante una feria comercial celebrada esta semana en California. Quizá recordéis que Nike ya creó las zapatillas futuristas en 2011 pero faltaba un detalle fundamental: la tecnología que permite abrochar los cordones de manera automática. El nuevo modelo incorporará este mecanismo.

Por ahora no hay detalles sobre su lanzamiento aunque lo ideal sería que estuvieran en las tiendas el 21 de octubre, la fecha en la que McFly llega a este "futuro". A continuación podéis recordar la escena donde el personaje interpretado por Michael J. Fox se calza las fabulosas zapatillas:

PD: Os dejo también un divertido anuncio de Nike en 2011 donde prometían el lanzamiento de las zapatillas para este año:

Robert Zemeckis dirigirá a Brad Pitt en un thriller romántico

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Robert Zemeckis y Brad Pitt

Robert Zemeckis y Brad Pitt cruzarán sus caminos por primera vez para filmar una historia de amor con tintes de thriller. Paramount Pictures los ha reunido en un proyecto escrito por Steven Knight, guionista de 'Negocios ocultos' ('Dirty Pretty Things', 2002), 'Promesas del este' ('Eastern Promises', 2007) o 'Locke' (2013), también dirigida por él.

Pitt resiste en nuestra cartelera con la bélica 'Corazones de acero' ('Fury', 2014) y acaba de terminar su participación en el rodaje de 'By the Sea', un drama romántico coprotagonizado y dirigido por su esposa, Angelina Jolie. En cuanto a Zemeckis, este año veremos su nuevo trabajo, 'The Walk', uno de los estrenos más esperados de 2015, con Joseph Gordon-Levitt, Charlotte Le Bon, James Badge Dale y Ben Kingsley encabezando el reparto.

De momento, el argumento de la película que va a reunir a estos dos célebres hombres de cine se mantiene en secreto. Tampoco hay título oficial ni fecha de estreno.

Vía | Variety

Steve Carell protagonizará 'Marwencol' de Robert Zemeckis

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Steve Carell

Hace un par de años que empezamos a hablar del proyecto que Robert Zemeckis quería llevar a la ficción basándose en el documental 'Marwencol', dirigido por Jeff Malmberg en 2010. Mientras que ya tiene a punto de caramelo 'The Walk', la película sobre el funambulista francés Philippe Petit, empieza a concretar los detalles sobre 'Marwencol' y se anuncia que el actor Steve Carell será el encargado de protagonizarla.

Producida por Universal Pictures, 'Marwencol' se centra en la vida Mark Hogancamp, nn hombre que se recupera de un asalto, contruyendo una maqueta en miniatura de un pueblo ambientado en la Segunda Guerra Mundial y en la que incluye a todos sus familiares y amigos, viviendo aventuras inverosímiles. La cinta repasará la vida de Mark y su familia a través del mundo de miniatura, lo que da a entender que se Zemeckis utilizará partes de animación como ya hizo en '¿Quién engañó a Roger Rabbit?' ('Who framed Roger Rabbit', 1988)

La película está basada directamente en el documental de Malmberg que que ganó premios en el SXSW y el Boston Society of Film Critics. Además,la cinta supone la continuación de Steve Carell en su carrera como actor serio después de que recibiera grandes alabanzas -nominación al Oscar incluída- por su papel en 'Foxcatcher' de Benett Miller.

Vía | Variety


'The Walk', nuevo tráiler de la esperada película de Robert Zemeckis

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Cartel de 'The Walk'

Estas últimas horas han sido muy animadas para los amantes de los tráileres, ya que hemos tenido la ocasión de ver el nuevo adelanto de 'Misión Imposible: Nación Secreta' (Missión: Impossible – Rogue Nation), el espectacular trailer de la nueva adaptación de 'Macbeth' o el primer avance de 'Everest'. No obstante, ahora es el turno de hablaros de 'The Walk', pues aquí os traigo el nuevo tráiler de la esperada película de Robert Zemeckis.

Ya el teaser tráiler de 'The Walk' dejaba con muy buen sabor de boca hacia la primera película de Zemeckis desde que estrenase 'El vuelo' (Flight) hace ya casi tres años, pero con este ya me muero de ganas por ver cómo Joseph Gordon-Levitt se mete en la piel de Philippe Petit, un funambulista francés -atención al acento que se marca el protagonista de 'Looper'- que en 1974 pasó de una Torre Gemela de Nueva York a la otra a través de un cable situado en lo alto de ambos edificios.

La historia de Petit ya fue contada hace unos años en el documental 'Man on Wire', pero en esta ocasión se ha apostado por un acercamiento distinto en el que también podremos ver a Ben Kingsley, James Badge Dale, Ben Schwartz, Charlotte Le Bon, Clément Sibony y César Domboy. 'The Walk' llegará a los cines españoles el próximo 4 de diciembre, mientras que en Estados Unidos podrán verla a partir del próximo 2 de octubre.

'Regreso al futuro' no tendrá remake... mientras viva Robert Zemeckis

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Robert Zemeckis y los actores de Regreso al Futuro en el 25 aniversario del film

"Oh, Dios no. Eso no puede pasar hasta que Bob y yo estemos muertos."

Así de rotundo ha respondido Robert Zemeckis cuando le han preguntado si algún día veremos un remake de 'Regreso al futuro' ('Back to the Future', 1985). El director de 63 años, que en 2015 estrenará 'The Walk', se aseguró de incluir una cláusula por la cual debe contarse con su visto bueno y el del guionista Bob Gale para tocar la franquicia de 'Regreso al futuro', cuyo 30º aniversario se celebró esta semana.

Con la fiebre de remakes y reboots que hay en Hollywood, parece inevitable que algún día se retomen las aventuras temporales de Marty McFly (Michael J. Fox). Lo acabarán haciendo, supone el cineasta, "a menos que nuestros herederos puedan impedirlo". "Para mí es escandaloso. Especialmente cuando es una buena película. Es como decir: vamos a hacer un remake de 'Ciudadano Kane'. ¿Quién va a interpretar a Kane? ¿Qué disparate, qué locura es ésa?", se pregunta Zemeckis, tan ancho después de comparar su película con la de Orson Welles...

¿Qué opináis? ¿Creéis que tiene razón o pensáis que es posible un remake a la altura del original? Yo sólo espero que no se les ocurra convertir la historia en algo que no es por seguir la moda del momento... y si tiene que ocurrir, que sea dentro de varias décadas, cuando haya olvidado lo que fue 'Regreso al futuro'. A alguien se le ocurrió, por ejemplo, que un cruce con 'Fast & Furious' podría molar, y me temo que es una de esas ideas que tanto gustan en Hollywood:

Vía | Indiewire

'Regreso al Futuro' celebrará su 30 aniversario con un reestreno en cines el 21 de octubre de 2015

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21 octubre de 2015 en Regreso al Futuro

El 3 de julio se cumplió el 30º aniversario del estreno original de 'Regreso al Futuro' ('Back to the Future', 1985). No obstante, este año nos espera una fecha más especial: el 21 de octubre de 2015, el día en el que Marty McFly y Emmett Brown llegan al futuro, es decir, a NUESTRO TIEMPO. Por este motivo, Universal ha lanzado un tráiler anunciando el reestreno en cines de la trilogía de ciencia-ficción dirigida por Robert Zemeckis para esa fecha tan señalada.

Asimismo, se lanzará una nueva edición en Blu-ray y DVD con las tres películas de 'Regreso al futuro' y un disco extra con material inédito aún por concretar. De momento, sólo está destinado al mercado de Estados Unidos pero imagino que en España y otros países se hará algo similar para que los nuevos fans tengan la oportunidad de disfrutar en pantalla grande de las aventuras de McFly. Porque no habrá remake mientras viva Zemeckis y ésta es una buena forma de rentabilizar este popular título.

A continuación tenéis el vídeo informando del evento y una fotografía de Christopher Lloyd, Lea Thompson y Michael J. Fox reunidos en Londres con motivo del aniversario:

Christopher Lloyd, Lea Thompson y Michael J. Fox en Londres para celebrar el 30 aniversario

La hermosa juventud de 'Regreso al futuro'

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Back2 Ha cumplido 'Regreso al futuro' (Back to the future, 1985) treinta años y sigue joven, como si fuera antes de ayer cuando la estrenaron y ayer cuando nos sorprendimos al ver que pese a todos los detalles de época, incluido el pegadizo Power of Love de Huey Lewis and The News, la película permanece intacta y divertidísima.

¿Por qué ha envejecido tan bien? ¿Por qué no necesitamos un remake? ¿Por qué todos sus homenajes son tan...viejos? Desde el episodio de Padre de Família hasta la inevitable 'Jacuzzi al pasado' (Hot Tub Time Machine, 2010), no hay homenaje al clásico de Robert Zemeckis que sea tan divertido y gracioso como el original.

Back 2 Voy a intentar trazar una teoría modesta. Esta producción de la Amblin Pictures es, tal vez, una de las películas menos sociológicas de los años ochenta. Pensemos en las películas que producía John Hughes. Son claramente películas de época. Las canciones pop, la moda, los actores jóvenes no son solamente elementos de la película, son, de hecho, la película en sí.

Lo mismo con otras comedias de los ochenta. Zemeckis era la confirmación de que otro Hollywood estaba llegando. Su estilo vigoroso y rápido, de humorada, formado en California, contrastaba con la década pasada. En la mitad de los ochenta, en plena era Reagonomics, llega una historia sobre la posibilidad de prosperar regresando a los cincuenta. Ideológicamente, Zemeckis firmaría una secuela bastante liberal, pero la película admite esta lectura: en una época y una presidencia estadounidense donde la nostalgia por los cincuenta influyó al resto de la cultura estadounidense de masas, la película llegó en un momento inmejorable.

Padres e hijos

Backfuture42 Con todo, creo que las virtudes de 'Regreso al futuro' son de un orden casi filosófico. E insisto en el casi. Para empezar, la película transcurre en un universo muy pequeño: el pueblecito de HilL Valley. El objetivo de su protagonista, Marty McFly, encarnado por un inovlidable Michael J. Fox, no es salvar al mundo ni dar cantos a la patria.

Es, de hecho, más pedestre que eso. Viaja al pasado por accidente y su objetivo es hacerse suceder. O sea, ayudar a su padre a ligarse a su madre. Hay algo inconcebible en una premisa tan pequeña y divertida: el mundo de esta primera película - y es algo que respetaron la segunda y tercera parte - no se aparta de una apacible comedia familiar. Backfuture42 Pero también trata del uso de un lugar común. Nuestra relación con los padres es íntima, no solamente en el espacio (a fin de cuentas, nacemos en sus hogares, en lugares que ellos han puesto a nuestra disposición para nosotros) si no también el tiempo (por eso llevamos tan mal que se hagan mayores, que cambien, que se empiecen a cansar y se conviertan en abuelos).

La película obliga al niño a literalmente comprobar cómo su padre y su madre fueron jóvenes y vigorosos. Es conocida la escena donde McFly se indigna porque su madre, que en la primera escena era una aburrida y gris ama de casa, trata de meterle mano y le llama Levis-Strauss. Backfuture42 La escena es divertida por varias razones. La primera es obvia, en los años cincuenta (¡ni siquiera hace tanto tiempo!) existía un mundo previo al de la moda y las marcas. Por lo tanto, Levis no existe. La segunda, no tan obvia, es cómo McFly ni siquiera se ha planteado que su madre tuvo sus anhelos adolescentes.

Quizás es demasiado pronto para esto

Back1 La historia reciente de los Estados Unidos ha beneficiado a la película. El gag del empleado afroamericano que termina siendo alcalde tiene ahora mayor resonancia. Y la banda sonora, con la melosa y preciosa Earth Angel de los Penguins siendo encadenada a los riffs eléctricos de Chuck Berry y su Johnny B. Goode, no parece que se haya visto perjudicada por las sombras de Tarantino y su reconfiguración de Hollywood (y más allá) como un espacio vintage para sus bandas sonoras.

Pero todo esto es obvio. Lo que no me parece tan obvio es que 'Regreso al futuro' siga funcionando hasta en su continuará final. Cuando McFly descubre que el problema son sus hijos, además de una ironía circular muy consceuente con todo lo que hemos visto, nos queda un pequeño e inquietante pensamiento en la cabeza: el tiempo es irremedible, al decir de Eliot, llegará un momento (¡o varios!) donde habremos de ser padres, hijos y quien sabe si nuestros propios y tempranos abuelos.

Otra crítica en BlogdeCine | 'Regreso al futuro', irrepetible

'Back in Time', el documental que desnudará 'Regreso al futuro'

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Back In Time

'Regreso al futuro' (Back to the Future) cumple 30 años en 2015 y eso ha hecho que vuelva a convertirse en un tema de actualidad. Primero fue porque Robert Zemeckis negó cualquier posibilidad de que un remake saliera adelante mientras él siga vivo y luego por la confirmación de que se reestrenará el próximo 21 de octubre. Esa icónica fecha también es la elegida para el lanzamiento de 'Back in Time', el documental que desnudará 'Regreso al futuro' y su legado.

El director Jason Aron ha dedicado dos años de su vida para realizar un exhaustivo repaso al clásico de 1985, y para ello ha grabado nuevas entrevistas con Robert Zemeckis, Steven Spielberg, Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Alan Silvestri, Lea Thompson, Bob Gale y con varios de los mayores fans de la película. En el tráiler que tenéis más abajo podréis ver pequeños extractos de algunas de ellas y la verdad es que parece una obra de visionado obligado para los fans de 'Regreso al futuro'.

Por ahora no se sabe nada sobre su posible estreno en España, pero 'Back in Time' también aparecerá en sistemas de vídeo bajo demanda y dvd y blu-ray el mismo 21 de octubre, por lo que raro sería que no acabase llegando a nuestro país.

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